TERAPIA NARRATIVA

DR. GARCÍA RUÍZ, GERARDO

Este modelo terapéutico tiene sus orígenes en la terapia familiar sistémica, surge en la década de los 80tas y se consolida a principio de los 90tas.

Antecedentes

Este modelo terapéutico tiene sus orígenes en la terapia familiar sistémica, surge en la década de los 80tas y se consolida a principio de los 90tas siendo sus creadores Michael White y David Epston. Pone mucha atención en los significados.

Modelo psicoterapéutico

Tarragona Sáez (2006), entre otros lo describen como un modelo psicoterapéutico como “Postmoderno” o “Postestructuralista”; algunas de sus premisas filosóficas están: el lenguaje y la identidad. Entiende la terapia como un proceso conversacional en el que las y los consultantes y sus psicoterapeutas co-construyen nuevos significados, historias alternativas y posibilidades. Pone atención en las historias que narran las y los consultantes, es decir, las personas viven sus vidas por medio de historias y a través de las historias que cuentan y se cuentan a sí mismas, las personas transmiten significados de sus propias vidas, y ello influye en la forma en que experimentan las relaciones, su propia identidad, y las posibilidades en sus vidas.

La Terapia Narrativa, a su vez, cuestiona otros modelos y remplaza su forma de intervenir por un modelo lingüístico, es decir social, tomando conceptos del Construccionismo Social, algunos de estos, hacen referencia a que la vida de las personas se organiza por el significado construido acerca de sus experiencias, los cuales dependen del contexto.

Como interviene terapéuticamente

Este enfoque prefiere pensar en historias con descripciones amplias, densas o enriquecidas en lugar de descripciones reduccionistas, delgadas, simples, o acortadas. Es decir, en cuanto más gruesa o detallada sea la historia que cuenta la persona, se pueden observar más posibilidades. Para sus exponentes, la persona se enfrenta a dificultades cuando vive con historias que llamamos -historias dominantes- que regularmente están -saturadas del o de los problemas- y no dan o permiten espacio a historias alternativas. Las historias dominantes están cargadas de restricciones, dejando fuera partes importantes de la experiencia de las personas. Esta forma de narrarlas podría llevar a las personas a pensar y/o contar (se)conclusiones negativas sobre su identidad.

Hace énfasis especial atención a las narrativas y los discursos dominantes, así como el ejercicio del poder en la sociedad. Por ejemplo, durante la sesión la consultante dice: “lo sabía, nunca me salen bien las cosas, siempre la riego, ya sabía que esto pasaría, siempre ha sido así, seguro ya no tengo remedio…” “pobre de mi jefe y mi marido de tener una mujer como yo…. es cosa de mi familia, bien me lo dijeron, las mujeres no sirven en estos trabajos…”. Estos discursos impactan en las historias que las personas crean sobre sí mismas y que es importante cuestionarlas y promover deconstruir, desarticular o revisar minuciosamente las ideas, creencias y prácticas que culturalmente fortalecen al problema y a la historia dominante. Es decir, en el ejemplo anterior, las y los terapeutas podrán intervenir indagando qué sí ha hecho bien en la vida, cuestionando si existen diferencias por el género, si existen privilegios y cómo aplican a su historia.

Para las y los psicoterapeutas narrativos, es de interés promover conversaciones que llevan a historias alternativas; particularmente aquellas que son identificadas por las y los consultantes como historias a través de las cuales les gustaría vivir su vida. También busca crear en las conversaciones, historias de identidad que apoyan a las personas a quitarse o moverse de la influencia de los problemas que refieren o narran en el espacio terapéutico. Desde este enfoque, los problemas no son vistos como síntomas o deficiencias de la persona, se piensa en ellos como algo separado de él o la consultante, algo externo pero que está afectando su vida, esta forma de contar sus historias, les ayuda a ponerlos en perspectiva, a sentirse menos culpables y a sentir que pueden hacer algo para solucionarlos, es decir, la persona es la persona y el problema es el problema.

Es de suma importancia trabajar con las personas para producir historias que no apoyen o sostengan a los problemas. Cuando las personas comienzan a contar y vivir las nuevas historias alternativas, los resultados van más allá de solo solucionar su problema. Dentro de las nuevas historias, habitan nuevos significados y formas y miradas de sí mismas, nuevas posibilidades en lo relacional y un mundo de posibilidades.

Este enfoque psicoterapéutico incorpora como objetivos

· Enfatizar en las fortalezas de las y los consultantes.
· La forma de ver a las y los consultantes y sus psicoterapeutas como socios.
· Aproximación construccionista del significado; con atención centrada en la narrativa o la forma del relato del significado.

Para concluir las y los psicoterapeutas narrativos

· Enfatizan la relación terapéutica reflexiva en la que consultantes y psicoterapeutas co-construyen significados mediante un proceso conversacional.
· Mantienen una relación con respeto y empatía ante lo que motiva al consultante a acudir a terapia.
· Tienen genuino convencimiento que la conversación en el proceso terapéutico es capaz de estimular, mostrar o liberar aquellas narrativas, voces e historias las cuales anteriormente han podido ser minimizadas, eliminadas, ignoradas o suprimidas.
· Se cuestionan las jerarquías al iluminar ideas más igualitarias y equitativas con respeto a las diferencias.
· Promueven una mirada en la persona o consultante como experta en sus propias vidas, situaciones o “problemas” y se co-construyen los objetivos y negocian el trabajo durante el proceso terapéutico.
· Se aleja de una mirada que busca y se concentra únicamente en las patologías de forma rígida y reduccionista que etiqueta a las personas, en cambio, busca conocer los valores y engrosar las habilidades, recursos y fortalezas.
· Evitan utilizar un lenguaje que promueva o de pauta al déficit y disfunción, reemplazando por el lenguaje propio de la persona que usa día a día.

Es importante mencionar que este pequeño resumen es muy breve para describir con detalle la propuesta de sus creadores Michael White y David Epston, pero nos permite una aproximación lo más sencilla posible al modelo para comprender un poco desde donde interviene terapéuticamente.

Michael White y David Epston (1990), Margarita Tarragona Sáez (2006) y Payne, Martín (2002)